07 septiembre 2006

Lo “retro” en el automóvil actual: y 6.- Retro – pro. “retro hi-tech”

La ascendente influencia de lo “retro” en el automóvil actual se puede ver en las diversas variantes, más o menos sutiles, que hemos comentado hasta ahora, y se torna especialmente interesante en la última en mencionar, lo que hemos dado en llamar “retro hi-tech”.

Desde hace ya unos años, algunas marcas, por oposición a la declarada creación de réplicas modernas de coches antiguos de su catálogo, han decidido explotar una imagen “retro” en determinados vehículos, sin imitar a ninguno en concreto, o más bien tomando sólo algunos rasgos característicos de la época que se quiere referenciar. Y este patrón estético, ha ido acompañado, sin embargo, con un declarado y visible despliegue de tecnología, que incorpora al vehículo un vector diferente, que podríamos llamar “futurista” o en cualquier caso, si se me permite “presentista”. Es el caso de automóviles muy interesantes de los últimos años, como el Porsche Boxster, el BMW Z-8, desde luego el Chrysler PT Cruiser, y en esta misma línea el Chrysler 300 C, sin dejar de lado ejercicios de estilo hermosos como el Citröen Metisse, o el homenaje de BMW al 328 Mille Miglia.

Sin duda alguna, uno de los automóviles que más han contribuido en los últimos años al auge de la tendencia “retro” en el diseño, ha sido el Chrysler PT Cruiser. Los vehículos estadounidenses de los años 50, con esos marcados y contundentes volúmenes, han permanecido, por sí mismos y gracias al cine y películas como “American Graffiti”, en el imaginario de americanos y europeos durante décadas. En torno a 2000, Chrysler decidió crear un producto esencialmente pensado para Europa, en el que recrear esta estética, pero plenamente actualizada y con cualidades de coche diario. El frontal marcando unas imaginarias “aletas”, y una parrilla vertical que da al morro un importante ascenso vertical, se suma a un espacio interior de volúmenes más o menos cuadrados y con dominio de la masa sobre el vano, dan un aspecto que remite claramente a un periodo concreto de la historia del automóvil sin remitirse a ningún modelo en concreto. Pero además, la estética del PT Cruiser, se construía a partir de rasgos interesantes típicos de productos de última hornada. Unos rasgados faros muy atractivos y nada “retro”, un interior en el que el volante de aire “cincuentero” se conjugaba con pulsadores casi futuristas... Una mezcla interesante de tradición y modernidad. No obstante, el PT Cruiser no ha terminado de despegar en Europa, básicamente debido a sus precios en la versión diesel, a su extraño posicionamiento en el mercado, y porque sus cualidades dinámicas son, con esos mimbres, inferiores a turismos de gama equivalente, caso similar al ya mencionado en el New Beetle.

En la misma línea, también Chrysler lanzó hace unos pocos años un modelo de estética realmente acertada, el 300 C. Una gran berlina de representación que remitía inmediatamente a los modelos americanos de los años 60, a partir de dos rasgos básicos: una escasa superficie acristalada, y un frontal casi perpendicular al suelo y con una gran parrilla cromada. El 300 C, más allá de su particular estética, es sin embargo un notable escaparate desde el punto de vista del diseño interior, y también exterior, aunando así unos interesantes rasgos “retro”, con lo mejor del diseño actual. Dicho de otra manera, el 300 C es un coche de nuestro tiempo que guiña el ojo a otras épocas, y no un coche de otras épocas traído a nuestros días.

Probablemente uno de los coches que mejor encarnó el concepto “retro hi-tech” en el momento de su lanzamiento, es el Porsche Boxster. Después de muchos años de haber retirado su precioso 914, Porsche tenía que mirar a sus 906 o 550 Spyder para encontrar un deportivo ligero de motor central. El 550 Spyder, quizá uno de los coches más bellos de todos los tiempos, era una influencia importante también por su éxito en competición. Pero también lleva sobre sus espaldas la negra leyenda de ser el coche en el que se mató James Dean (aunque muchos siguen repitiendo erróneamente, probablemente sin conocer los modelos, que fue un 356 Speedster), uno de los iconos más populares del siglo XX. De manera que, ante la espléndida acogida del prototipo Boxster, Porsche se decidió a producirlo en serie. Las líneas del coche eran las de un estilizado deportivo descapotable de motor central que, si bien compartía el frontal casi completo con el 911, recordaba inevitablemente las líneas de los deportivos de competición de motor central de Porsche en los años 50. El interior también recibió una mezcla del interior del 911, y algunos detalles en tapicería y consola que impregnaba de un toque retro el conjunto. El Boxster fue, por tanto, un buen ejemplo de la revisión de un concepto del pasado desde un planteamiento absolutamente actual y de vanguardia tecnológica.

El BMW Z8 es, de este breve listado de ejemplos, quizá el coche menos logrado y trascendente. Sin embargo, en él se daba una característica que encaja perfectamente en la idea “retro hi-tech”. El Z8 es un declarado y evidente homenaje al BMW 507. Sin duda el 507 es un modelo poco conocido fuera de los aficionados y estudiosos del automóvil, por lo cual su repercusión desde el punto de vista de icono cultural fue bien escasa. Sin embargo, el Z8 fue un “coche Bond”, en ese lapso en el que el espía británico enloqueció y cambió los míticos Aston Martín por una serie de coches alemanes. Pero un homenaje no es una réplica (eterno debate de los teóricos del arte hasta el siglo XIX entre imitación e interpretación de la naturaleza) Las formas del Z8, bastante mayor que el 507 de los años 50, recordaban en cambio al elegante deportivo descapotable, hasta extremos realmente meritorios, sin dejar de convertirse en un coche con personalidad propia. Por eso no era un remake, sino más bien un homenaje libre. Ahora bien, el Z8 se convirtió en un escaparate tecnológico para BMW, en el que incluyó muchas de las soluciones técnicas que experimentaba o incorporaba ya a su gama de turismos. Entre ellas, unas estilizadas y elegantes ópticas de neón que incluían los intermitentes, así como algunos led para el posicionamiento del vehículo. Esta es una variante de las hoy comunes pero entonces innovadoras lámparas de gases y otras alternativas a la iluminación tradicional. El Z8 exhibía algunos otros avances técnicos, así como el espléndido V8 de 400 CV que por entonces montaba el M5, aunque no se sumó a la incipiente moda del techo duro retráctil.

La tendencia “retro hi-tech” es por tanto, a día de hoy, quizá un signo de la reelaboración de nuestra sociedad en esa búsqueda de referentes. Si al comienzo mencionábamos el impacto de las recreaciones de coches del pasado, no cabe duda de que, antes o después, esta coyuntura de incertidumbre mundial acabará por resolverse de una u otra manera, y esa resolución vendrá, en todos los campos, por los experimentos, interpretaciones y caminos que se estén explorando hoy en día. Por eso bien saben los sabios, que para dar un paso hacia delante, a veces es necesario dar un par hacia atrás.

Conclusiones: un texto abierto

Esta larga reflexión, rumiada durante algunos meses antes de subir a este blog, es en realidad un texto abierto y sometido a revisión permanente. Quedará pendiente introducir enlaces a los coches y sucesos citados (que no se han introducido hasta ahora por la lamentable actuación de Wanadoo secuestrando mi línea de Internet por y negligencia). Pero sobre todo está abierto a comentarios que puedan surgir de los conocimientos de todos los visitantes que pasen por aquí y los lean.

Mi propuesta acerca de la visión de lo retro viene a retomar la idea de la ciclicidad de los periodos de “revival” del pasado en la historia y en la historia cultural. Una sociedad la nuestra que, pese a la arrogante idea de desmarcarse en lo esencial de todos los periodos históricos del pasado (hasta el punto de haber proclamado “el fin de la historia”), está sometida más o menos a las mismas tendencias, ciclos y dinámicas culturales y sociales que se repiten con mayor o menor precisión desde hace milenios.

El automóvil es el objeto de diseño más importante del siglo XX (quizá el del 21 lo sea el ordenador portátil / teléfono móvil), y por tanto a través de él se pueden rastrear las tendencias, inquietudes y miedos de la sociedad, dado que estos se plasman de forma cristalina en los resultados de los diseños de cada década. Y la tendencia “retro”, es un vector relevante en los últimos años que, como pretendo sugerir en el texto, responde a una coyuntura cultural y social muy peculiar.

Esta es mi propuesta, que puede que amplíe o corrija en el futuro, pero que en cualquier caso, una vez colgada aquí, ya no es mía sino que es de cada uno que queráis aportar matices, ideas o correcciones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No me importaría morir en ese auto como James Dean! xckao!

Anónimo dijo...

Tampoco sufriria demasiado si me hago mierda con esa maquina
de veras que valdra la pena y mis hijos siempre contaran que su padre murio a mas de 300 kilometros por hora!!!!!!!
que maquinas!!!!!!!!
saludos
camaro.-

Anónimo dijo...

Lo retro resurge en todo también en la moda y en la música. son como ciclos al igual que en la economía. Será que se acaba la imaginación por el nuevo diseño

Anónimo dijo...

Será por aquel dicho de cualquier tiempo pasado fue mejor