26 octubre 2008

BMW y la arquitectura. De Karl Schwanzer a Zaha Hadid


En la serie que dedicamos hace un par de meses a la arquitectura en torno al mundo del motor, probablemente alguien notaría la ausencia de uno de los más importantes fabricantes de Europa, BMW. Desde el punto de vista del patrocinio de la cultura y de la implicación de eventos y patrones creativos en la propia estructura organizativa de la empresa, BMW es una de las marcas ejemplares cuyas actividades son extensas e interesantes desde todo punto de vista. La arquitectura es, como en el caso de otras marcas que ya vimos en aquella serie, un vector importantísimo en la proyección externa de la imagen de la marca, y en BMW saben que este es un aspecto que proyecta imagen y energía tanto hacia el exterior como hacia el interior de la compañía
Ya en 1972, uno de los que hoy son edificios emblemáticos de la marca, el "Four Cylinder Building", fue encargado a un interesante arquitecto austriaco, Karl Schwanzer (1918 - 1975), que creó uno de los edificios más emblemáticos de la alemania de finales de siglo, que años después, en 1999, fue declarado, con todo su entorno, conjunto histórico artístico (algo de lo que en España deberíamos aprender, dicho sea de paso...). El "Four Cylinder" es hasta tal punto un espacio significativo para BMW, que en los últimos años la marca ha invertido una gran cantidad de dinero en la remodelación y adecuación interior para que el espacio albergue desde este mismo verano el museo de la marca de acuerdo a unos estándares adecuados a nuestro tiempo. El edificio de Schwanzer surgió en un auténtico enclave de la historia de la arquitectura, a caballo de un tiempo marcado por una dominante racionalista aunque de cierto corte organicista, y a las puertas de un nuevo camino dominado por el término "hi-tech". Entre el espíritu de la Bauhaus, y la nueva arquitectura ejemplificada por el Centro Pompidou, de Piano y Rogers. Un edificio que a los madrileños les puede recordar, y no por casualidad, a las "Torres Blancas" de Sáenz de Oiza.
En 2002, BMW decidió incorporar un nuevo edificio a sus instalaciones, renovar el espacio central de la planta de Leipzig, y así dotar de un "espacio noble" que represente la nueva época de la marca en nuestros días. Para el se convocó un concurso arquitectónico al que se presentaron relevantes arquitectos como Peter Kulka, pero el ganador final fue la arquitecta Iraqui residente en Londres Zaha Hadid. La diva iraquí es una de las arquitectas de moda, reciente premio Pritzker, con obras en los lugares más relevantes del mundo, de Shangai a Londres, pasando por Barcelona. En la actualidad se encuentra en construcción en Zaragoza el célebre (a la par que polémico y complicado) Pabellón - Puente de la Expo 2008, que dejará un nuevo edificio de alto nivel en la geografía española. La planta de Leipzig es un interesante edificio, muy en la línea de la producción de Hadid, con grandes formas de escala titánica, pero de gran ligereza visual, debido también al uso del cristal y materiales de alta tecnología en la construcción.
A día de hoy, la planta de Leipzig es un emblema de BMW de cara a proyectar la modernidad de la compañía, realizando en ella visitas guiadas y haciendo estandarte de los planes y declaraciones ambientales y de sostenibilidad de la factoría. Al mismo tiempo, hay un esfuerzo importante por parte de BMW por integrar la planta en el entorno social en el que se ubica, estableciendo programas de colaboración con colegios y universidades y ofreciendo a los habitantes de los barrios vecinos su cara más abierta, hasta el punto de que algunos espacios de la fábrica son espacios públicos abiertos a cualquiera como lugares de encuentro.
Más recientemente, BMW va a incorporar a partir del 20 de octubre de este año un nuevo edificio al ramillete de hitos arquitectónicos de su propiedad. Se trata del BMW Welt, el nuevo gran espacio museístico de la marca encargado al estudio Coop Himmelb(l)au para Munich. Un gran museo de referencia para los fan y clientes de la marca, que combina un espacio expositivo con otro comercial para dar lugar a un nuevo "máximo" arquitectónico que incorpora nuevas plusvalías al discurso cultural de la marca.
El compromiso de BMW con la arquitectura no termina en la propia promoción de edificios. En Francia, la marca de Baviera patrocina un concurso de ideas arquitectónicas en colaboración con el Ministerio de Cultura del gobierno francés, que se celebra bienalmente desde 1988. Al concurso se presentan academias y escuelas de arquitectura, con una idea como objetivo diferente en cada año, a las que los concurrentes tienen que presentar hipotéticas soluciones. De todas las presentadas, las seleccionadas son expuestas en una exposición que se celebra cada dos años.
BMW es una de las marcas que, desde más tiempo atrás, tienen un vínculo estrecho y denso con el mundo del arte. Este vínculo no se limita, como en otras, al patrocinio de eventos, sino también a la producción cultural, más allá de los edificios. En los próximos artículos atenderemos a las actividades de BMW en el campo de la pintura, el diseño, la música y el videoarte. Algo que los coloca en una posición respecto al mecenazgo artístico que muy pocos pueden siquiera intentar imitar.

No hay comentarios: