
Hace algunos años, James grabó para la serie “The Hire”, un episodio dirigido por Tony Scott y producido por él mismo y su hermano Ridley, “Beat the Devil”. En él, Clive Owen acepta un encargo secreto de James Brown. Se dirige a un edificio, y allí se encuentra con el diablo (Gary Oldman). Al parecer, James y el diablo habían pactado hacía años que le entregaría su alma a cambio de fama y fortuna. “Didn’t I deliver?” pregunta el diablo sarcásticamente a James. Si, pero el problema es que James ha envejecido. Es el padrino del soul, pero ya no puede exhibir aquellos bailes y saltos que le hicieron tan famoso y rico. Así que Brown propone un nuevo pacto al diablo: una nueva alma para otros cincuenta años. Y la forma de deliberarlo será una carrera. El diablo, en un Pontiac Firebird tuneado conducido por Danny Trejo contra Brown, en un Z-4 conducido por Owen. El que gane, la carrera, gana el pacto. Una fabulosa secuencia de una carrera que comienza por la noche para adentrarse en la mañana, con amanecer por enmedio, es una pequeña joya, rodada entre las calles de Las Vegas y un escenario desértico, y repleta de rápidos y fabulosos planos muy del estilo del director.
En la carrera para el cine, James Brown vence la carrera al diablo, y rejuvenece cincuenta años de golpe. Pero se ve que el diablo no es un tipo de palabra, y vino hace unos días para llevarse al padrino.
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