En ¿Dónde está el depósito...? hemos tratado ya en repetidas ocasiones el campo de los coches cuya carrocería ha sido decorada por artistas, abarcando desde casos más enclavados en el diseño de corte industrial, como los coches de Romero Britto o Donatella Versace, a otros más en contacto con el arte en si mismo, como el BMW M1 pintado a mano por Andy Warhol. Aunque, como hemos visto, esta unión arranca al menos del Citroën 5 decorado por Sonia Delaunay para la promoción de su línea de moda y arte en la exposición del Art Decó de 1925, el ejemplo más paradigmático de esta variante es la larga serie de BMW's decorados por artistas para competir en las 24 Horas de Le Mans, desde 1975. Quizá por esto, y por la monumental y apasionada película que Steve McQueen produjo y prácticamente dirigió en 1970, las 24 Horas son una carrera especialmente relacionada con el arte, con una sensibilidad especial.

En esta edición de Le Mans se ha paseado por los míticos rincones del circuito de La Sarthe un coche decorado como un auténtico cuadro, un cuadro reconocible casi en cualquier lugar del mundo por casi cualquier persona. Se trata de un coche decorado como un cuadro de Piet Mondrian, el que presentó en parrilla el equipo francés Oreca, y que ha sido el coche más estiloso de la parrilla en la edición de 2008, además de cuajar una gran actuación acabando octavo, justo por detrás de los seis Audi y Peugeot oficiales y de un Pescarolo. El equipo Oreca, un histórico de las competiciones de resistencia y de Le Mans, que cuenta en su palmarés con algunas victorias en GT1 con los históricos Viper, es una de las estructuras que mejor entienden las 24 Horas de Le Mans, y junto a privados de alto nivel como Pescarolo, los que dan mucho sentido a esta carrera. Ese carácter especial, les ha hecho presentarse en este año con esta decoración en el coche, convirtiéndolo en el más especial de la parrilla, aunque en puridad conviene decir que el coche había debutado ya en las pruebas de las Le Mans Series. Un chasis Courage animado por un motor Judd, y puesto a punto por la experiencia del equipo francés, han animado al lienzo rodante.

Mondrian es uno de los artistas más relevantes del siglo XX, y aunque conocido principalmente por sus característicos cuadros a base de composiciones geométricas con colores planos, también exploró el mundo de la arquitectura y del diseño. El Neoplasticismo fue un movimiento de cierta envergadura y planteamientos artísticos un tanto extremados, que en cambio fue de gran relevancia para la construcción de la plástica de la segunda mitad del siglo XX. A las obras de Mondrian habría que sumar la importante vertiente de diseño que el arquitecto Gerry Rietveld desarrolló, y como prueba, su famoso sillón que, además de en las tiendas de diseño más "Cool", se encuentra en el MOMA.

Pero sobre todo la obra de Mondrian ha sido popularizada por su enorme versatilidad para ser adaptadas para diseños de moda de todo tipo. Sin ir más lejos, es relativamente popular el caso del equipo ciclista La Vie Claire, con el que Hinault ganó el Tour de 1985 y Lemond el del 1986. Este equipo tenía unos colores corporativos inspirados en un cuadro de Mondrian, y así era su maillot, una cotizada pieza de coleccionistas, y colorista ejemplo de la fusión entre arte y diseño cotidiano. El maillot, diseñado por Benneton, tuvo varias versiones en función de los patrocinadores del equipo. La asociación de intereses entre La Vie Claire y la marca de material de ciclismo Look, hizo que los colores corporativos del fabricante de pedales y bicicletas adoptasen los del propio maillot del equipo, colores que perduran hasta hoy en la marca.

De este modo, la estela de Mondrian en los eventos deportivos se alarga. A los dos Tour de Francia, puede sumar un octavo en una edición de las 24 Horas de Le Mans en la que, a lo más que podía aspirar un privado era a ser séptimo.

No está mal para un pintor.

PD: Es justo decir que la idea de decorar un coche al estilo Mondrian no es original de los chicos de Oreca. Solo que el resultado de los otros experimentos no había sido tan acertado...