30 noviembre 2005

Aston Martin en la corte del rey Nouvel

Entre las marcas de automóviles de cierto prestigio, aquellas que se fijan en un público de alto poder adquisitivo, son frecuentes los patrocinios y promociones de actividades no relacionadas con el mundo del motor, desde la Volvo Ocean Race o el Volvo China Open, hasta los torneos de tenis patrocinados por Mercedes - Benz, la presencia de estas firmas se rastrea en actividades un tanto exclusivas afianzando la propia imagen de exclusividad y distinción de las mismas. Como parte de esta estrategia de raíz comercial, estas marcas suelen verse asociadas además, de una u otra manera, al mundo del arte.

Aunque los ejemplos son muchos (próximamente iré comentando y dando a conocer algunos de ellos) como caso interesante quería destacar la colección de fotografías del alemán René Staud que Aston Martin en serie limitada y autografiada, ofrece a sus clientes. Estrictamente, una colección de fotografías no tiene por qué parecer una obra de arte especialmente señalada, vanguardista o interesante. Sin embargo, la Colección René Staud para Aston Martin, integra en su propia concepción la visión del automóvil como obra de arte o, por ser preciso, como objeto de arte y diseño con fin utilitario. Cada una de las imágenes es una composición fotográfica en la que se pueden ver los diferentes modelos de Aston Martin junto a algunas obras de arte de algunos de los artistas, arquitectos o diseñadores más interesantes de los últimos años, como Tony Cragg, Rebecca Horn, o el arquitecto Jean Nouvel (autor de la ampliación del Museo Reina Sofía o del interesante edificio de la sociedad de Aguas de Barcelona)

Si bien el concepto de objeto utilitario de arte desciende de la propuesta de Arts & Crafts enunciada por William Morris, en este caso la interesante serie de fotografías de Staud hace confluir sobre cada imagen diferentes muestras de arte. Los automóviles, en ocasiones firmados por importantes diseñadores como Zagato, como en el caso del Vanquish o el DB7, se colocan junto a las creaciones de los artistas mencionados, y a la vez son encuadrados y retratados en los sedosos y elegantes ambientes escogidos por Staud para la realización de las imágenes. De esta manera, en la misma imagen quedan integradas Fotografía, Escultura y Diseño, con la presencia de estos automóviles realmente exclusivos como un Picasso.

Si bien, como decíamos, la propia idea de una colección de fotografías no parece descollante desde el punto de vista de la vanguardia artística, en este caso la interesante forma en que se integran las distintas artes con el automóvil, tenido este en cuenta como objeto artístico de diseño, resulta suficiente para que traiga aqui esta mútiple obra. En lo sucesivo iré dando a conocer algunos otros casos de los varios en los que, como aqui, las marcas de automóviles, mediante su financiación o sus propios objetos de diseño, se adentran en el mundo de las artes mayores decididamente.

Por cierto, quizá alguien haya echado ya la cuenta. Efectivamente, un Aston Martin, el DB5, fue el primer coche "Bond" en la célebre "Goldfinger". Y, efectivamente, no tardaré muchoa incluir una serie de artículos sobre una relación evidente e imprescindible: Automovil y Cine.