01 marzo 2006

Teoría del diseño según Jeremy Clarkson

Probablemente muchos de los que visitáis este blog conocéis a Jeremy Clarkson. Este personaje curioso, polémico y atinado a partes iguales, que presenta el programa "Top Gear" en BBC Two, y cuyos comentarios sobre los coches, siempre tan personales y corrosivos producen hilaridad e irritación a partes iguales. Jeremy tiene una sección fija en el Times, en la que hace comentarios de los coches de actualidad. Os recomiendo que estéis muy seguros antes de leer el repaso que Clarkson haga del coche de vuestros sueños, porque si no es de su agrado el shock producido por sus opiniones puede dejar daños irreparables en vuestras retinas. Pero más allá, si bien sus comentarios son más bien subjetivos y un tanto provocadores, en ellos hay algunas reflexiones que creo que valen la pena retomar. Especialmente el recalcitrante reparo que a Jeremy le producen todos los excesos en la modernidad (como buen "british" supongo) y su apego a la tradición.

Por ello, he traído aqui, en una traducción lo mejor que he sabido hacer y por la que pido disculpas, una larga reflexión de Clarkson sobre las modas en el diseño de los automóviles, los remakes y algunas otras cuestiones. Todo para presentar el Audi RS4. Probablemente estoy en desacuerdo con algunas de las cosas que dice, pero me reí tanto cuando lo leí que creía que valía la pena traerlo a este blog, en el que a veces quizá pierdo un poco la perspectiva con las reflexiones acerca del automovil, el diseño y el arte. Una pinta de Murphy's Red, que viene Jeremy.

A menudo, en la sección de Hogar de las páginas de este mismo periódico aparecen algunas fotografías de una pareja famosa y atractiva que ha pegado una galería blanca en la parte de atrás de su casa de campo londinense. Normalmente la galería tiene un frontal de cristal hecho de dos enormes puertas correderas, así que cuando esta atractiva pareja está sentada en la cocina parece como si estuviera sentada en el jardín.Y esto es maravilloso hasta que el sol sale cuando más bien parece que están sentados en una cocina de carbón. Y además es especialmente adorable si uno es un ladrón, porque el cristal es mucho más fácil de romper que el ladrillo.

Además, aunque la galería acristalada funciona perfectamente ahora, quien nos dice que cuando llegue febrero la Sra. Pareja Famosa no querrá meterla en el armario junto con su falda plisada y su tupé. Solo que no puede. Así que está atrapada en una pecera de peces de colores de un momento específico de la moda, preguntándose por qué le daría por hacer una cosa semejante. Aunque sea “White Box” nunca estará blanca en Londres, y después de un momento el cristal dejará de ser brillante y se comenzará a poner verde. Entonces realmente estará viviendo en el jardín.

Esto tendrá un efecto en el precio de reventa de la casa. Oh claro, sin duda una casa diseñada por un arquitecto de renombre aporta valor ahora mismo y para los próximos quince minutos. Pero después ¿qué?. Será como si hubiese gastado su dinero en un casette biodegradable de ocho pistas hecho por Enron.

Si, claro. Está bien que los historiadores del futuro tengan alguna pista de cómo era el diseño de principios del siglo XXI, pero como las ventanas de aluminio de los años 50, no aseguraría que cada una de las galerías blancas de cristal transparente instaladas primorosamente en tantas casas no hayan desaparecido para entonces. Bien porque haya venido una nueva moda o bien porque se hayan caído todas.

En este punto debo decir que soy enormemente desconfiado con todas las nuevas propuestas del diseño. Miren los trajes, por ejemplo. La última vez que me compré uno, los tres botones eran más o menos la vanguardia de la moda, así que decidí seguirla. Y ahora, cada vez que me lo pongo, casi le da una hernia a Adrian Gill. Entonces, ¿Qué tengo que hacer? ¿Tirarlo? ¿Echar un traje hecho a medida de Gieves & Hawkes a la chimenea porque tiene demasiados botones? Tiene que ser broma.

Incluso el otro día me dijeron que mi cinturón estaba pasado de moda. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo una tira de cuero con una hebilla puede estar o no estar de moda? Y lo mismo sucede con los gemelos. Son eso que siempre compras cuando estas en el aeropuerto y te das cuenta de que te has dejado los tuyos en casa. Alguien que se va hasta el centro de la ciudad, aparca su coche, busca una joyería, medita detenidamente su elección y espera mientras su tarjeta de crédito hace el resto, o es alguien con mucho tiempo libre o es un loco patológico. O un vanidoso petimetre de Chelsea.

Es mejor, creo yo, comprar un buen diseño una vez, que comprar algo de moda cada veinticinco minutos. Y ciertamente es más barato. Y por buen diseño entiendo las casas de Georgia, los Levi’s 501, los mocasines, los mecheros Zippo, los sillones con orejeras Parker Knoll, la botella original de Coca-Cola (Cuya forma inspiró casualmente la forma del nuevo Aston Martín DBS) y el Lamborghini Miura.

Lo cual nos lleva claramente a los coches. Antiguamente, la noción de que tu coche pudiera ser, por alguna razón, un objeto de diseño, era puramente absurda. Pero ahora, cuando las compañías fabricantes de coches han inventado las plataformas compartidas, con las cuales un gran número de coches aparentemente diferentes son en realidad el mismo en el fondo, los nuevos modelos puede aparecer mucho más rápidamente. Y esa es la clave. Mantener la cosa en movimiento. Alborotar con los cambios. Disco. Punk. New Wave. House, hip-hop, rap, techno, garage.

Tomen como principal ejemplo el nuevo Mini. Es lento, caro y mal acabado. Pero por un momento estaba ahí, con sus estúpidos zapatos y su galería blanca. No hay mas, porque gracias a la agencia estatal Foxton, que compró una flota de ¿seis millones? de ellos, tenemos la reacción de los de GQ han comprado ahora Range Rover Sport. Y el año que viene, como los de VW han planeado hacer una versión del siglo XXI de su Caravelle, cogerán uno de estos nuevos coches, o un Mercedes CLS o un Alfa Brera. No un Jaguar, porque Jaguar ha salido recientemente de sus propias vacilaciones como el partido Tory. Un poco malhumorado. Un poco envarado. Un poco con la necesidad de que Peter Kay le cuente unos chistes. Y no un Discovery porque todavía no ha funcionado. Quizá porque es cool ser ecologista (tiene que haber alguna razón por la cual el ecologismo es tan popular, porque todo es maldita ciencia) las madres que van a recoger a sus niños a los colegios están poco dispuestas a usar un Jeep Commander Strike “Tonka Toy”.

En cualquier caso, me gusta cómo la industria del automóvil se preocupa por los asuntos de la moda, porque eso significa que los coches son algo menos estúpido que antes. Y les deseo mucha suerte mientras van a ciegas malgastando su dinero en lo que Dylan Jones dice que vds. deben tener esta mañana. Pero para aquellos que prefieren un Zippo con limpiaparabrisas, les reclamo su atención sobre el Audi RS4...

(Sigue en Times Online Driving)


* Vía Times Online