20 septiembre 2010

"Lee Friedlander: America by car", en el Whitney Art Museum. Estados Unidos enmarcado en una ventanilla.

El pasado 4 de septiembre abrió en el Whitney Art Museum, en Nueva York, una interesante exposición del fotógrafo escocés Lee Friedlander, con el sincero y claro título "America By Car". Una atractiva y sugerente serie de fotografías hechas desde el interior de un Chevrolet de alquiler en un viaje (o varios) a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

La inspiración de Friedlander se encuentra, inevitablemente, en otros fotógrafos americanos de los años 30, 40 y 50, como Walker Evans o, por supuesto, Robert Frank. Sobre el asunto de los fotógrafos americanos y la construcción de la iconografía del paisaje ya escribimos aquí hace algunos meses, pero este es un tema tan amplio y que atraviesa tantas otras cuestiones culturales de gran interés que es muy difícil no sólo de agotar, sino prácticamente de enfocar. La imagen de Estados Unidos desde el automóvil, esa construcción mental que es el "Roadside America" (América de las cunetas) que a tantos proyectos y libros ha dado nombre, es en realidad algo que hunde sus raíces mucho más profundo de lo aparente. Por un lado se trata de un modo de observación integrado, es decir, que "lee" el paisaje desde su misma medida, el automóvil. Sin el "cánon" que justifica esos paisajes, lugares remotos o escondidas ventas de carretera, que no es otro que el automóvil, estos espacios serían incomprensibles por completo. Así que, de algún modo, esta manera de mirar es propia de la era del automóvil, y mucho más que de la era del tren, por las limitadas capacidades de movilidad que este transporte ofrecía hasta hace unas pocas décadas (y en cierto modo aún ofrece). Sin ir más lejos, la editorial Taschen ha publicado en este año un nuevo libro con este título, "Roadside America", con una selección de las fotografías realizadas por el fotógrafo John Margolies en los últimos 30 años.

Como ya explicamos anteriormente, en esta reinterpretación del clásico tema del viaje, el automóvil se convierte en un auténtico medio artístico, por cuanto la ventanilla, o el parabrisas se transforman en un encuadre o un marco que muestra, con el movimiento del automóvil, la composición de la obra. Lo que hace a las fotografías de Friedlander diferentes es precisamente la intencionada aparición en muchas de ellas del pilar A del parabrisas, el salpicadero, o el volante del automóvil, incorporando a la imagen un referente que sitúa, de algún modo, al espectador y al autor en la misma posición. Las fotos de Friedlander llevan el coche auténticamente a un papel de "marco" de la obra de arte. Lo cual es una transformación plástica de una idea bien conocida pero de profundas implicaciones: que el automóvil nos ha enseñado (o forzado) a volver a mirar a nuestro entorno desde un punto de vista nuevo. Como explica muy bien Andrew Cross en su artículo "Driving the american landscape" en "Autopia. Cars and Culture", el parabrisas es un nuevo modo de mirar el paisaje, en el que las obras de infraestructuras, los desiertos, las gasolineras y las propias carreteras juegan el papel de nuevos elementos compositivos tanto para la fotografía como la pintura o la propia arqutiectura, todos ellos incorporando importantes connotaciones culturales o sociales.

La obra de Friedlander se podrá contemplar en el Whitney Art Museum, en Nueva York, hasta el 28 de Noviembre.

* La exposición "Lee Friedlander: America by car", en el New York Times

** Galería de imágenes en la web de Whitney Art Museum