05 febrero 2006

Tintín, Hergé y los coches

Honestamente, nunca he sido un "tintinófilo". Y eso que, siempre que ha caído en mis manos alguno de esos elaboradísimos cómic, me ha parecido muy interesante. Hoy sé que, en ese interés, probablemente tenían una parte de protagonismo los coches que en aquellas viñetas aparecían.

Ahora, la editorial Zendrera Zariquiey, presenta en castellano un volumen editado en 2004 en Francés, titulado "Tintín, Hergé y los Coches". Se trata de un interesantísimo libro que repasa la intensa relación de Hergé con los coches a lo largo de su vida, y cómo eso se plasmó en las múltiples aventuras de Tintín a través de los coches que aparecen en las viñetas.

Hergé fue un apasionado de los coches, y en la medida en que le fue posible tuvo todos los que pudo y le gustaron a lo largo de su vida. En las aventuras de Tintin, aparecen también a menudo automóviles, como meras herramientas para las escapadas o persecuciones del protagonista, o a veces con características propias asociadas a las de los personajes que en las historias se muestran. Desde el Citröen 2 CV en "El caso Tornasol" hasta el Porsche 356 que fue propiedad del mismo Hergé, aparecen de una u otra forma en los cómic. Pero el repertorio de coches que aparecen en Tintin vá mucho más allá que los de un mero "atrezzo". También modelos míticos, como el Opel Olympia de "El cetro de Ottokar", el precioso Lancia Aurelia de "El caso Tornasol" o el Jaguar Mk X de "La isla negra", aparecen en determinados momentos de las historias. Y entre ellos, algunos automóviles que son un referente básico ya no en la historia del automóvil, sino en la historia del mundo en el siglo XX, como el Ford T de "Tintin en el Congo" o el Jeep Willys de "Tintin en el país del Oro Negro".

Este magnífico volumen, editado con el mismo formato que los propios libros de Tintin, es un auténtico ejemplo de lo versátil e intrincado que resulta el estudio del automóvil como objeto de diseño y como referente en el arte, la literatura e incluso la música en el siglo XX.

Recomendable para "tintinófilos", curioso para amantes de los coches, e imprescindible para lectores asíduos de "¿Dónde está el depósito...?"

*Este post ha sido posible gracias a la sorprendente Patricia, que me prestó su ejemplar del libro para que pudiese hacerme idea de la edición antes de comprarlo. Abracadabra