19 agosto 2013

"Porsche by design", en octubre en el North Carolina Museum of Art


Decir Porsche es lo mismo que decir "historia del automóvil". Pero decir Porsche también es decir "diseño", en el más amplio sentido del término. Con ese eslogan, "Porsche by design: seducing speed", el Museo de arte de Carolina del Norte, dedicará una exposición a la marca alemana desde el próximo 12 de octubre y hasta enero de 2014. Hasta Raleigh se desplazarán algunos de los tesoros que la marca alemana expone en su museo de Zuffenhausen, Stuttgart: piezas históricas como un 356 "Gmünd" de 1948, concepts como el "Panamericana" de 1989 o joyas de la competición como el raro Fórmula 1 804 de 1962 y los preciosos 904 y 908.

Ferdinand Porsche, el fundador de la marca, fue uno de los ingenieros que más contribuyeron al desarrollo de los coches de calle y de competición en el primer tercio del siglo XX con sus trabajos para Mercedes Benz y Auto - Unión. Su prestigio le dio un papel relevante en la historia al ser comisionado por el mismo Hitler para desarrollar su "Volkswagen", lo cual le costó casi dos años de prisión en Francia después de la guerra. Pero en 1931, 17 años antes de que, el primer Porsche 356 saliese de la pequeña fábrica de Carinthia, Ferdinand Porsche ya había fundado su consultoría de diseño de automóviles en Stuttgart. Años más tarde, en 1972, su hijo fundó "Porsche Design", un estudio de diseño que se dedica a desarrollar productos que no necesariamente tienen que ver con automoción, desde ropa a gafas pasando por móviles o bolsos.

Porsche es, por encima de cualquier otra cosa, diseño y velocidad. Diseño no sólo por el aspecto exterior, sino por la obsesiva búsqueda de la perfección en cada detalle técnico de sus coches. Construír durante 50 años un deportivo con una configuración motriz tan especial y obsoleta como la del 911 (motor por detrás del eje trasero) ha obligado a la marca a desplegar un arsenal creativo y tecnológico fuera de lo común. Pero también lo ha hecho una máxima que acompaña a todo Porsche: han de ser coches utilizables día a día en el mundo real, no bestias casi incapaces de rodar fuera de un circuito.

Aún así, la competición ha sido un laboratorio que, además, ha reportado importantes réditos a nivel de imagen. El idilio con Steve McQueen consagrado en el cine por la película "Le Mans" (H. Lee Katzin, 1971) disparó una popularidad que ya se había cimentado sobre las participaciones de la marca en pruebas legendarias como la Panamericana, que daría a su modelo emblemático su hispano apellido "Carrera". 

Por último, las formas de los coches de la marca comparten una cadena de ADN que se remonta más atrás de la Segunda Guerra Mundial. Sin abandonar el mantra "Form Follows Function", Porsche ha dotado a todas sus creaciones de un estilo reconocible, heredero de aquel acerbo de la competición. No sólo la silueta del 911 es un icono del mundo moderno, sino que en las formas de un Cayman de 2013 se rastrea todo un Patrimonio heredado de los 550, 904 ó 908.

"Porsche by design: seducing speed" ocupará su lugar en un museo de bellas artes como el de Carolina del Norte en Raleigh. En el mismo espacio donde se pueden contemplar obras de Giotto, Murillo o Giacometti se exhibirán estas esculturas del mundo moderno. Seduciendo a la velocidad...

See You in October from The North Carolina Museum of Art on Vimeo.