03 julio 2013

8:13:878


Es posible que los rallyes no sean lo que fueron. Es posible que la sombra de los monstruosos Grupo B de los años 80 acompañe siempre a este deporte como un velo de nostalgia. Es incluso posible que los nombres de esa época dorada, los Munari, Blomqvist, Rohrl o Vatanen suenen más legendarios que los más recientes Sainz, Makkinen o McRae. Delante de Sebastian Loeb todo eso son palabras vacías. Sus 9 títulos mundiales de rallyes son incontestablemente una marca de leyenda. Pero incluso las leyendas necesitan de sus momentos de clímax, y casi siempre están ligadas a las imagenes.
El pasado domingo llegó el clímax de la leyenda Loeb. Cómo no, ascendiendo a una montaña sagrada. Nadie había bajado de los 9 minutos ascendiendo a Pikes Peak. El pequeño francés se presentó al pie de la montaña subido a la bestia 208 GTI a 2866 metros. Dispuesto a emular a otros héroes de nombres inmortales, Mouton, Rohrl, Vatanen... 156 curvas después alcanzó los 4103 para dejar un número grabado en el cielo: 8:13:878.

Sólo le pido al automovilismo una cosa: Que Sebastian Loeb gane en Le Mans.

Os dejo con algo más de ocho minutos de indescriptible emoción automovilística. De pura belleza


*Foto: Peugeot Prensa España