12 octubre 2010

BMW y Audi se plantean el futuro de la vida y la movilidad en las ciudades

Una de las grandes preocupaciones del mundo actual y el futuro es una ecuación en la que, independientemente de las implicaciones ideológicas, todos deberíamos pensar seriamente y alejados de intereses individuales. Me refiero a las perspectivas de la población y habitabilidad de las ciudades del futuro, la movilidad en las mismas, y la eficiencia energética particular y global. Unos pocos datos ilustran la magnitud de este problema y lo prioritario de plantearse el futuro a medio y largo plazo: en la actualidad, las ciudades ocupan sólamente el 2% de la superficie terrestre, pero el 75% del consumo de energía. Naciones Unidas estima que para 2030 el 60% de la población mundial vivirá en ciudades, pero además el 80% de la riqueza mundial estará concentrada en esas áreas urbanas. Al mismo tiempo, y para ilustrar la importancia del automóvil en la definición de estas ciudades, en Estados Unidos, desde 1960 a 2000, mientras el número de millas recorrido por los coches en el medio rural ha subido algo más del 50%, el número de millas recorridas en ciudades ha subido más del 250%. Con estas breves pinceladas, es fácil entender dónde está el núcleo duro de nuestros problemas y oportunidades para el próximo medio siglo.

Por todo lo anterior, es fácil imaginar que los fabricantes de coches muestran en los últimos años una especial preocupación por el desarrollo de las ciudades y cómo van a ser las formas de vida y movilidad en ellas en las próximas décadas. Por responsabilidad social corporativa, por supuesto. Pero también porque ahí va a estar la parte del león del mercado en las próximas décadas. Sea por una cosa o por otra, en pocos meses han coincidido unas cuantas iniciativas relacionadas con la automoción que ponen el foco en la habitabilidad y la movilidad en las ciudades de las próximas décadas, desde planteamientos diferentes pero con lenguajes similares, que hablan de sostenibilidad, equilibrio y ecología. La breve reseña de ellas me servirá como preámbulo a una próxima serie de artículos en torno al automóvil, la ciudad y el arte que llevo largo tiempo gestándose y creo que he llegado el momento de poner negro sobre blanco.


Esta iniciativa es una atractiva propuesta, con todas sus debilidades, de la marca de Ingolstadt en la que el propósito es crear visiones realistas de un futuro próximo en las ciudades en las que se integren arquitectura, urbanismo, automóvil y tecnología. Algo que suena a utópico pero que es más que verosímil. La propia definición del proyecto habla por si sólo: "El Audi Urban Future Award pretende establecer un dialogo en la sinergía de la movilidad, la arquitectura y el desarrollo urbanístico, por medio de una visión tangible del futuro, sin perder la perspectiva de Audi como un fabricante de automóviles". El premio, de cuyo diseño operativo se encarga la consultoría de arte y arqutiectura Stylepark, consistía en la elaboración de planes o ideas para las ciudades futuras. Los competidores eran seis estudios de arquitectura y diseño previamente seleccionados, entre los que estaba el español Cloud 9, que debían proponer sus ideas. Los proyectos de los equipos se manejaban en todos los casos en un terreno un tanto fantasioso, pero con sólidos cimientos posibilistas en lo tecnológico. A veces propuestas en términos generales en torno a la cultura de la movilidad, como el caso del propio equipo español, otras propuestas ambiciosas acerca de un urbanismo total, como la ciudad Caleidoscópica de Allison Brooks Architects o la propuesta de densificación para Beijing de Standardarchiteckture. El concepto ganador, según el fallo del pasado agosto, correspondió al equipo de J. Mayer, que propone unas ideas un tanto más posibilistas, relacionadas también con la integración de las tecnologías en el desarrollo urbanístico y en la movilidad para conseguir la máxima eficiencia y la máxima humanización de la ciudad. Concrétamente una de sus visiones es un coche cuyo parabrisas es en realidad un visor integrado de realidad aumentada que es capaz de otorgar información al conductor acerca del entorno que le rodea, no sólo acerca de lo que ve, sino de las condiciones del tráfico etc. Algo que, en parte, también proponía el sistema de coches de alquiler conectados online propuesto por William J. Mitchell y el Laboratorio de Movilidad del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets)

BMW - Guggenheim Lab

El proyecto conjunto del gran museo estadounidense y el fabricante de coches alemán tiene que ver también con la perspectiva de la vida en las grandes ciudades, esas que albergan y seguirán albergando la mayor parte de la población mundial en las próximas décadas. Se trata de un proyecto para seis años, que se desarrollará en nueve ciudades de todo el mundo. Tres espacios móviles, cada uno con su propio arquitecto y su propio diseñador gráfico desarrollaran cada uno un tema en tres ciudades diferentes de todo el mundo durante dos años, completando las nueve ciudades en un ciclo de seis años. El objetivo de cada uno de estos laboratorios móviles será organizar, desarrollar y canalizar debates en los que los habitantes de las ciudades puedan responder y plantearse temas concretos sobre su vida en ellas. A finales del verano de 2011 se instalará el primero en Norteamérica, con el tema "Confrontando la comodidad: La ciudad y tu". El interesante experimento de BMW y la Fundación Guggenheim no deja de ser algo muy necesario que debería preocupar mucho a todos los gobernantes nacionales y transnacionales, dado que las políticas de desarrollo de las ciudades a menudo son tan complejas que abarcan desde la mera política local hasta los grandes circuitos industriales y económicos. El primer laboratorio será diseñado por el equipo japonés Atelier Bow Bow, que destacan por haber abordado una larga serie de interesantes proyectos de arquitectura doméstica adaptada al mundo actual y novedosa; los diseñadores gráficos serán los también japoneses Sulki & Min.

A estas dos interesantes iniciativas (creo que será muy revelador seguir la trayectoria del BMW Guggenheim Lab), es justo sumar, entre otras muchas, dos que han tenido lugar en España, aunque con planteamientos ligeramente diferentes. Por un lado, la exposición "Hacia otras arquitecturas. 24 proyectos sostenibles", que tuvo lugar en la Fundación Canal de Isabel II en Madrid, y que atendía precisamente a proyectos e intervenciones urbanas que tenían como estandarte la sostenibilidad, y sobre todo la reincorporación del elemento natural a la vida de las ciudades, de un modo u otro. Algo que resulta a menudo un tanto extravagante, y a veces hasta inútil, pero que sin embargo tiene mucho sentido y conviene plantearse con detenimiento. Por otro lado, la pasada semana la Fundación Barreiros convocó su ya tradicional conferencia internacional, dedicada este año al lema "La ciudad sostenible". Bajo tres epígrafes, "Nuevos horizontes en la industria automovilística", "Respuesta a los retos de una construcción urbana eficiente" y "Políticas y estrategias de los gobiernos. Sus apuestas sostenibles", diversos expertos analizaron los problemas y horizontes que afrontará la ciudad en las próximas décadas. Estos nuevos problemas son, en realidad, una metáfora muy nítida de los problemas que afronta el mundo.

Energía, eficiencia, movilidad, uso del territorio, flexibilidad, desarrollo económico, acceso a la vivienda, acceso a los servicios, ordenación del territorio... esos, y muchos otros, son los problemas muy trascendentes, a los que se enfrentan las ciudades de nuestros días. Estas ciudades que han dado lugar ya a una cultura propia, que han generado su propia imagen en el cine y la literatura, que han dado lugar a estilos musicales a lo largo de las décadas, que ponen en contacto a grupos humanos diferentes posibilitando el desarrollo de las artes... La ciudad tiene tantos planos de interpretación que el de la cultura no sólo tiene también lugar, sino que tiene un lugar preferente. A eso dedicaremos próximamente una serie de artículos que nos permitirán desentrañar este matrimonio entre urbanismo, ciudad, automóvil y cultura que, en este tiempo de cambios, se enfrenta a nuevos caminos y formas de relación.