01 diciembre 2009

Diseñado el Arte. La subasta benéfica del Equipo de Diseño de Bentley

De vez en cuando, especialmente cuando se acercan fechas como las próximas navidades y otras similares, nos encontramos noticias que se refieren a subastas benéficas en las que algunos artistas intervienen sobre coches, generalmente cedidos por algunos fabricantes, para crear obras únicas que subastar con algún fin noble. Recientemente mencionamos aquí el caso del Bentley de Romero Britto, pero desde el Mini Cabrio de Donatella Versace, ¿Dónde está el depósito...? ha dado cuenta de un buen puñado de intervenciones de este tipo, y para no ser repetitivo también he dejado pasar algunas otras, como la de Craig KR Costello sobre un Mini, o los diez "Minis" decorados por artistas para el 50 aniversario (http://www.minispace.com/)

Sin embargo, la subasta que Bentley organiza para hoy (en la que ya no se puede pujar, lo siento), es algo sustancialmente diferente y que ha despertado mi interés de otra forma. La marca británica ha animado a los estilistas y diseñadores de su departamento de Diseño a crear obras de arte únicas en las que expresasen de forma plástica lo que Bentley, el diseño, la historia, la marca en definitiva significa para ellos en términos artísticos. Y es esto lo que resulta particularmente interesante, el hecho de que se haya instado a los diseñadores a expresarse en términos de formas plásticas, color, volumen, composición y significado... porque es lo que hacen dia a dia en su trabajo, por mucho que este sea diseñar coches o para coches.

Chris Bangle, el que ha sido director de diseño de BMW durante casi las últimas dos décadas, en una interesante charla que se puede ver en la atractiva web "Ideas Worth Spreading" (http://www.ted.com/talks/lang/eng/chris_bangle_says_great_cars_are_art.html) explica, con grandes divagaciones, por qué el cree que los automóviles son una forma de Arte. Resumiendo bastante, plantea que el nacimiento de un coche se produce de la coordinación (o colisión) de diseñadores e ingenieros, los primeros creando una forma plástica y visual sin pensar en los problemas que crea, y los segundos resolviendo los problemas técnicos que esa expresión visual y plástica del automóvil plantea. E incide especialmente en el hecho de que en el auténtico principio del diseño de un coche, no hay ordenadores, ni diseño 3D, ni realidad virtual, sino una mano creando trazos, volúmenes, formas... Al final, los diseñadores de coches trabajan con arcilla, creando esculturas que no se mueven en las que está el coche, tras retirar todo lo que sobra. Y no desde ahora, porque como recordaréis los que hayáis leído mi artículo sobre Flaminio Bertoni, el diseñador del 2CV y el Citroën DS (Tiburón), él ya utilizó en los años 20 y 30 la arcilla para crear el diseño de las carrocerías de sus coches.

Bentley, por tanto, pidió a sus diseñadores que hicieran lo que suelen, arte, sólo que en un formato diferente y con un fin diferente, aunque con un lenguaje idéntico. Y el resultado es un puñado de obras, algunas de las cuales son absolutamente magníficas. Desde la sugerente reflexión sobre la forma y la identidad de Dirk Van Braeckel, a la descomposición de la forma, casi Futurista de Daniele Ceccomori, se pueden observar toda clase de influencias, desde las creaciones ayudadas por ordenador hasta las referencias Pop de Frederic Dams o la suerte de Mandalas mecánicos (casi al estilo de los de Roy Arden) de Darren J. Day, pasando por la sugerente mezcla de referencias cubistas, expresionistas y surrealistas de George Bowen, todos los componentes del estudio de diseño de Bentley exploran los diferentes caminos del arte con la soltura que lo haría cualquier artista que se dedicase a su obra en vez de a crear coches. Y en el fondo no es tan distinto, puesto que para ellos, su obra son los coches, como también recuerda Bangle en esta charla sin desperdicio.


La subasta benéfica de Bentley plantea un interesante horizonte en la concepción de los automóviles como arte. Porque dibuja un camino mucho más preciso y racional, entre la teoría de que los coches son Arte en si mismos, como obra material (lo cual plantea algunos problemas acerca del concepto de obra de arte que no son fáciles de resolver) y el hecho cultural de que los coches son Arte en función de la cantidad de influencias artísticas que son capaces de acumular o devolver (lo cual a su vez los diferencia de la obra de arte en si y los coloca más bien como un agente externo adyacente a la obra). Viendo estas obras, se plantea que los coches sean arte porque el hecho plástico de su creación es esencialmente artístico, por cuanto se expresa en términos de forma, color, volúmen, fluidez, proporción, etc, sobre una obra única, o sobre una investigación plástica en torno a las propiedades expresivas de esas formas. De alguna manera, que los coches sean Arte porque quienes los crean los piensan en lenguaje artístico. Y esto es algo que probablemente se pueda demostrar con ejemplos sólidos en el pasado y presente del automóvil, y proyectar como una explicación convincente a la intensa pero siempre difusa relación entre arte y automóvil.

En cuanto a la subasta, tengo que decir que la pieza de Dirk Van Braeckel sería por la que yo pujaría... si hubiera llegado a tiempo y con un buen puñado de libras en el bolsillo de mi blazer de cuadro galés...

* Fotos

- George Bowen, "Brooklands Interior Painting"

- Dirk Van Braeckel, "Bloodline of Bentley"