30 diciembre 2009

Los taxis de Nueva York decorados con obras de arte contemporáneo

Los taxis son, en cierta manera, como elementos del plasma de las ciudades. Circulan por sus arterias más que por sus vías de circulación secundarias o pequeños capilares y, como unas plaquetas un tanto especiales, son invisibles salvo en momentos clave en los que se vuelven demandados (aunque hay quien piensa que es justo al revés). Los taxis son un elemento constante pero apenas perceptible del paisaje de las ciudades, rara vez despertando sentimientos de identidad más allá del mero utilitarismo, y en ningún caso considerados como un valor añadido al paisaje de la ciudad. Incluso, en los últimos años, han sido superados ampliamente por esos mastodontes que son los autobuses urbanos, no sólo por sus meras cualidades físicas que los hacen más visibles, sino porque los espacios publicitarios que albergan los han convertido también, y puntualmente con gran protagonismo mediático, en elementos activos de la configuración del paisaje urbano.

Pero en un hecho que resulta singular por diversas razones que ahora desgranaremos, en Nueva York, la empresa que gestiona las pequeñas marquesinas de publicidad que están colocadas sobre el techo de los famosos taxis amarillos, ha decidido ceder su espacio al arte contemporáneo. Durante el mes de Enero, casi 500 taxis de la flota neoyorquina llevarán en sus pequeñas marquesinas de 122 cm de ancho por 36 cm de alto obras de los artistas afincados en Nueva York Shirin Neshat, Alex Katz y Yoko Ono, dentro de un proyecto en colaboración con Art Production Fund. APF es una organización sin ánimo de lucro dedicada a ayudar a los artistas a desarrollar proyectos en la medida en que estos excedan en complejidad a lo que un artista pueda desarrollar por sí mismo, y llevan desde el año 2000 llevando a cabo intervenciones en el entorno de la ciudad también a través de su laboratorio de investigación y producción en arte contemporáneo. Showmedia, la empresa que gestiona la publicidad sobre los taxis de la ciudad, tomó una insólita decisión: dado que enero es un mes con un importante bajón en las ventas de soportes publicitarios, decidieron realizar este proyecto asumiendo así una reducción en los ingresos de en torno a 100000 dólares, con la intención de, en las propias palabras de uno de los propietarios de la empresa "devolver algo a la ciudad".

Las obras de Neshat, Katz y Ono, por sus diferentes naturalezas, desde las obras más conceptuales de Ono hasta las más militantes y socialmente comprometidas de Neshat, pasando por el melancólico arte de regusto Pop de Katz, darán un toque artístico y distintivo a los taxis de la ciudad durante este mes de enero, y con seguridad ofrecerán también una idea de militancia artística a muy bajo coste muy fácilmente exportable a otras ciudades. Aparte de una brizna de esperanza en la medida que un empresario es capaz de renunciar a parte de sus beneficios a cambio de un proyecto relacionado con arte contemporáneo y que está esencialmente destinado a toda la ciudadanía, llevando el arte, una vez más pero de un modo diferente, al cabo de la calle.

* Via New York Times: http://www.nytimes.com/2009/12/26/arts/design/26taxicab.html?_r=2&ref=arts

** Foto: New York times