21 febrero 2006

Un espectaculo, un negocio y dos mitos. La persecución de "Bullit".

Las carreras de coches en el cine, suelen (o solían) ser pieza clave en las algunas películas de acción. Incluso algunas de ellas tienen ya un hueco en la historia del cine como momentos de tensión y acción muy logrados.

Ahora bien, a quienes tenemos interés en los coches a menudo nos surge una pregunta: ¿Como un montón de policías con sus chatarrosos Ford Torino pueden ir alcanzando al malo que escapa en un Lamborghini Diablo?. ¿Como es posible que el protagonista con su Mercedes SL no pueda escapar del enorme camión que le quiere sacar de la carretera?. ¿O que un veteranísimo Jeep Willys de tres velocidades con todo el "Equipo A" a bordo pueda zafarse de varios modernos coches de policia en plena carretera? Son cosas del cine, por supuesto. Y para ahondar en esta clase de cuestiones, pocas formas tan divertidas como ver "Last Action Hero" ("El ultimo gran héroe", 1988), de John McTiernan, con sus continuas referencias a estas cuestiones.

Pero probablemente la mejor persecución de la historia del cine, es la que enfrenta al magnífico Ford Mustang Fastback con el poderoso Dodge Charger Magnum en "Bullit", que ya hemos mencionado aquí en más de una ocasión. Incluso ha sido catalogada como la mejor persecución de la historia del cine Siempre ha corrido por determinados círculos la duda y el debate sobre cómo un Mustang con 50 Cv menos que el Charger y una suspensión como una cama de agua hubiera podido dar caza en la realidad al poderoso Dodge, y cuánto había de promoción comercial en aquella magnifica carrera callejera. Ahora nos llega vía Motorpasión la resolución del enigma. En el Times han querido salir de la duda de la manera más directa: Volviendo a enfrentar a un Charger y un Mustang para la revancha. Y el resultado es un magnífico artículo "Faster than a speeding Bullit" en el que se sacan las conclusiones definitivas a esta cinematográfica contienda.

Y las conclusiones, lo siento por los amantes incondicionales del Mustang como yo, es que el Charger barre en todos los aspectos al Ford. Más rápido, más manejable, más potente y más estable. Al parecer, Ford tenía interés en promocionar su Mustang Fastback, un coche muy novedoso para el momento por su concepto, y que daría lugar a un nuevo segmento dentro del mercado y un icono cultural: los "Muscle Cars". Por ello se desechó utilizar otros coches de la marca, como podria haber sido el Fairlane 427, más potente pero mucho menos atractivo para la pantalla, y se dió cancha para que en la película apareciese, y como victorioso, la nueva criatura de la marca del óvalo.

Creo también que la estética del Charger, con ese frontal sin "ojos", con sus faros ocultos, y su larga trasera lo hacía propicio para ser escogido como "el coche del malo". Pero desde luego un coche del malo capaz de ponerle las cosas bien difíciles a los agentes de la ley.

Lo que sucede es que la ley en las películas ya se sabe lo laxa que se entiende. Y lo eficaces que pueden llegar a ser los policías renegados y autodestructivos. Y los malos no contaban con que el Mustang lo conducia en la pantalla otro icono, esta vez sin ruedas: Steve McQueen.

*Via Motorpasion y Times Online